Reto de diciembre: Un clásico literario.

Un clásico literario elegirás...


El reto lector de diciembre consiste en leer un clásico literario. Los clásicos de la literatura infantil y juvenil son base sólida porque permiten a los niños empezar a desarrollar su propio imaginario personal, a cuestionarse a partir de metáforas que plantean las historias, a desarrollar el pensamiento crítico.

5 razones para leer los clásicos:

  1. Porque si algo ha sobrevivido al paso del tiempo, es por algo: hay libros que se publican hoy en día que difícilmente se leerán dentro de diez años. Son absolutamente generacionales. No pasa eso con los clásicos, que conservan su vigencia y se siguen reeditando siglos después de su primera publicación. Para ellos no pasa el tiempo. Emocionan igual a un niño en 2022 que a una niña en 1860, pese a los profundos cambios experimentados por la sociedad. Conseguir eso es un logro de una magnitud difícil de explicar, algo al alcance únicamente de los elegidos.
  2. Porque, a su manera, son tratados de la condición humana: hoy tenemos smartphones, podemos viajar en unas horas a cualquier rincón del planeta y estar comunicados al instante con personas de cualquier parte del mundo, viajar incluso al espacio. Pese a todos esos avances, en el fondo seguimos siendo el mismo ser humano de 1950 o 1840, con los mismos miedos, los mismos temores, los mismos deseos, las mismas aspiraciones. Por eso los clásicos han perdurado en el tiempo, porque nos interpelan a todos, porque, a su manera, son unos grandiosos tratados de la condición humana.
  3. Porque nos acercan a los grandes temas: no dan respuestas, pero los grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil hacen una cosa todavía más importante: dejar en el aire preguntas sobre los grandes temas de la humanidad (la vida y la muerte, el amor y el odio, la bondad y la vileza, la enfermedad…). Preguntas que surgen solas de la boca de los pequeños lectores, preguntas para las que, muchas veces, ni los adultos tenemos respuesta y que nos invitan a conversaciones filosóficas en las que niños y niñas son consumados maestros. 
  4. Porque nos reconcilian con la tradición oral: en tiempos de smartphones, tabletas y libros electrónicos, los clásicos de la literatura infantil y juvenil —como toda la literatura infantil en general— nos conectan con la tradición oral, con el contar en voz alta, con la lectura y el tiempo compartido alrededor de un libro y una buena historia. No les podemos hacer mejor regalo a nuestros hijos e hijas. Tampoco, os lo aseguro, nos podemos hacer mejor regalo a nosotros mismos.
  5. Porque son una extraordinaria base literaria: todo lector en construcción necesita unos buenos cimientos sobre los que asentarse. Los clásicos de la literatura infantil y juvenil son esa base sólida. Lo son porque permiten a niños y niñas empezar a desarrollar su propio imaginario personal, a cuestionarse cosas a partir de las metáforas que plantean las historias, a desarrollar el pensamiento crítico. Y lo son porque, a su vez, conocer los clásicos es una garantía de enriquecimiento personal, de crear un bagaje para que luego puedan captar las referencias que se pueden encontrar a los mismos en numerosas obras, tanto literarias como de otras disciplinas artísticas.

Aquí tienes algunos ejemplos

Clásicos literarios (I)

Clásicos literios (II)

Cuentos clásicos para leer online


Fuente: https://www.penguinlibros.com

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